Alzheimer, una enfermedad silenciosa

 El Universal    CRISTIAN ARCINIEGA
  • Migraña / Un verdadero dolor de cabeza

La migraña es un problema que no debe subestimarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una de las 20 enfermedades más discapacitantes, así como la segunda causa de dolor de cabeza más frecuente después de la cefalea tensional. En nuestro país, según información difundida por la Secretaría de Salud, afecta a cerca de 20 millones de personas, de las cuales el 70% son mujeres y el 30%, hombres. Este trastorno se caracteriza por un dolor intenso que se presenta regularmente en un lado de la cabeza (a veces en ambos lados) y que, a menudo, viene acompañado de náuseas y vómito. Los pacientes también pueden manifestar sensibilidad a la luz, los sonidos o los olores, así como sensación de debilidad o mareo. Los dos tipos más comunes de esta enfermedad, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), son la migraña sin aura y con aura. En la primera, la más frecuente, aparecen las señales antes citadas, mientras que la segunda puede contemplar cambios en el campo visual, como luces intermitentes, o síntomas no visuales, como confusión mental. “Alrededor del 52% de las visitas a los médicos generales son por dolores de cabeza, la mayoría de los cuales son probablemente migrañas”, señala Julia Jones, neuróloga del Hospital Houston Methodist. Dado que las crisis pueden ser intensas y repetidas, la migraña produce repercusiones tanto en el entorno social como laboral. A PUNTO DE DETONAR Los síntomas y la gravedad de esta enfermedad varían de persona a persona. No obstante, hay una serie de factores desencadenantes que se repiten entre los pacientes. Si bien conocer los detonantes no garantiza que no se presenten las crisis de migraña, esto puede ayudar a reducir la frecuencia de este tipo de dolores de cabeza. El estrés se considera uno de los principales desencadenantes de este trastorno, ya sea originado por problemas en el trabajo, con las finanzas o con la pareja. “Por curioso que parezca, algunas personas presentan dolores de cabeza los sábados, una vez que termina el estrés de la semana laboral”, menciona la doctora Jones. Según especialistas de Mayo Clinic, los cambios hormonales en las mujeres son otro factor detonante de dolores de cabeza; en específico, las fluctuaciones en el estrógeno que se producen antes o durante los ciclos menstruales, el embarazo y la menopausia. Los anticonceptivos orales pueden empeorar las migrañas en algunas pacientes. Ingerir ciertos alimentos y bebidas puede desencadenar una crisis de migraña, sobre todo aquellos que contienen nitritos y tiramina. Entre éstos se encuentran vino tinto, chocolate, quesos, nueces, La migraña suele aparecer en la pubertad.* carnes procesadas y/o ahumadas, frutos secos, así como condimentos y edulcorantes artificiales. Su efecto no siempre es inmediato. Las variaciones en la rutina diaria (por insignificantes que sean) y los cambios de clima también parecen estar relacionados con la frecuencia de las migrañas. Algunos pacientes son más susceptibles a estímulos sensoriales intensos, como luces brillantes o parpadeantes, cigarro, perfumes, incienso o velas aromáticas. PARA SENTIRSE MEJOR El tratamiento se enfoca en detener los síntomas y evitar crisis futuras. Los medicamentos más usados para combatir los dolores de cabeza se dividen en analgésicos y preventivos. Los primeros deben tomarse durante los episodios de migraña, mientras que los segundos se suministran a diario para reducir la intensidad de este trastorno y vienen en diferentes formas, como tabletas, inyecciones o aerosoles. Los médicos de los Institutos Nacionales de Salud de EUA advierten que tomar fármacos con demasiada frecuencia (más de dos veces por semana) puede empeorar este problema. Es por ello que, para minimizar los síntomas durante una crisis, recomiendan descansar en una habitación tranquila y oscura, cerrar los ojos, enfriar la frente con un paño húmedo y tomar líquidos. • Afecta sobre todo al grupo entre los 35 y 45 años de edad.*